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Nuestro club se ha convertido en un ejemplo de solidaridad y generosidad, dando una oportunidad única a aquellos niños y niñas que han huido de situaciones difíciles en su país de origen. Al abrir nuestras puertas y ofrecerles un espacio seguro y acogedor, el club ha demostrado su compromiso con los valores fundamentales del deporte y la inclusión social. La decisión de otorgarnos el premio a la deportividad nos hace sentir orgullosos de nuestro trabajo.

Además de haber brindado la oportunidad de practicar un deporte, el club también ofreció un entorno de apoyo, compañerismo y amistad. A través del patinaje, pudieron no solo mejorar sus habilidades físicas, sino también fortalecer su confianza y establecer lazos con sus compañeros.

El deporte tiene el poder de unir a las personas, trascendiendo fronteras y superando barreras.

Además de nuestra destacada labor con los niños y niñas refugiados de Ucrania, es importante resaltar que colaboramos activamente con diversas ONG durante los últimos años. Esta colaboración se traduce en la oferta de plazas gratuitas en escuelas y campamentos, con el objetivo de mejorar la calidad de vida de las personas a través de la práctica deportiva. El compromiso del club con la comunidad se refleja en su constante apoyo a diferentes causas sociales.

Nuestra labor demuestra cada día cómo el deporte puede ser una herramienta poderosa para generar un impacto positivo en la vida de las personas. Proporcionando acceso gratuito a nuestras actividades derribamos barreras económicas, asegurando que la práctica deportiva esté al alcance de todos y todas, sin importar su situación económica o social.

Agradecemos este galardón que nos animará a seguir trabajando.